martes, 26 de noviembre de 2013

Las pesadillas


Las pesadillas, al contrario que los terrores nocturnos, pueden ser aterradoras para el niño/a y también para los padres y son resultado de sentimientos de inseguridad, ansiedades, miedos o preocupaciones. Son reacciones de miedo común y normal a los sueños desagradables que se inician normalmente a los tres años de edad, teniendo su punto máximo a las edades de cuatro y seis años.
Las niñas son susceptibles de padecerlas más tarde que los niños. Un 28% de los niños con edades comprendidas entre los seis y doce años, tienen pesadillas. Alrededor de los diez años, la frecuencia de estos sueños desagradables se incrementa otra vez, para remitir más tarde.

Las pesadillas difieren de los terrores nocturnos en otros aspectos: mientras que el niño transpira, grita y respira agitadamente al experimentar una pesadilla puede ser despertado rápidamente y se acordará del sueño o de partes del sueño.

Los sueños pueden estar inducidos por enfermedades y por el dolor, sobreexcitación, miedo y ansiedad, programas violentos de televisión o por amenazas enfermizas por parte de los padres. Aunque el niño puede no ser capaz de indicar exactamente qué le está afectando, pueden sacarse algunas claves a partir de su comportamiento conversando con él. Cualquiera que sea la causa, los niños inseguros, preocupados o con ansiedad tienen más probabilidades de tener pesadillas.

Consideraciones:

Tranquilícele y dele seguridad
Lo que los padres pueden hacer por un niño que sufre pesadillas es despertarle, tranquilizarle y darle seguridad, decirle que todo va bien, que no ocurre nada. Acariciarle y mecerle, pero no dar demasiada importancia a la pesadilla, puesto que de otro modo podría aprender a utilizarla como mecanismo para atraer la atención. No es importante, en este momento, comentar el contenido del sueño.

Evite la excitación excesiva
Los niños deben tener un periodo de calma v relajación antes de acostarse, no permitirles que vean programas de televisión violentos o de terror, no contarles historias de miedo ni permitir que realicen actividades físicas violentas. Las experiencias de muchos padres sugieren que es de gran ayuda limitar la TV.

Comente problemas, miedos y acontecimientos que produzcan tensión
Use la conversación v los sueños como datos de cualquier problema que esté sufriendo el niño.
Háblele durante el día de sus pesadillas, e intente aliviar sus miedos e inquietudes. Sea previsor y prepare al niño con antelación para acontecimientos que sean susceptibles dc causarle tensión, tales como la vuelta a la escuela después de las vacaciones o el salir de viaje. Los miedos en los niños son muchas veces causados por la falta de información.

Tome medidas para las pesadillas repetitivas
Si el niño tiene el mismo sueño una y otra vez, puede estar seguro de que siente ansiedad por algo. Anímele a que hable de su sueño y lo represente despierto, pero con un final feliz.

Prepare una estrategia nocturna
El saberse defendidos de la pesadilla ayuda normalmente a los niños más mayores.
Proporciona seguridad el dejar la luz encendida por las noches. Algunos niños pueden luchar mejor contra sus pesadillas rezando una oración determinada cada noche pidiendo protección contra los monstruos; abrazar y dormir con el peluche favorito, etc.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

No quiere comer

¿Por qué no come un niño?

Un niño pequeño no sabe convencernos con sus palabras cuando quiere captar nuestra atención. Una buena forma de captar nuestro interés puede ser no comer. Entre los 2 y los 6 años la mayor parte de los niños pasan por más de un episodio de inapetencia que se resuelven de forma espontánea sin originar ningún problema. Un niño sano al que se le ofrece regularmente una comida adecuada, no se alimenta mal, aunque tome muy poca cantidad e incluso algún día casi no coma nada.

¿Cómo saber si come lo suficiente?

Por ejemplo, apuntando lo que come durante una semana. El mismo sistema se puede emplear cuando queramos ampliar la variedad de su dieta. Se le debe ofrecer una dieta variada y completa, y según las edades, las raciones serán de mayor o menor tamaño.

¿Qué hacer ante la inapetencia?

Si no come, no sirve de mucho insistir o castigarle, es mejor emplear una actitud más neutra, quitándole importancia al hecho de no comer. De la misma forma, tampoco se le debe premiar el que coma, pues le haríamos entender que cuando come nos hace un favor.

¿Cómo ayudarle a comer mejor?

· Proponga un menú escrito para toda la semana. Este menú, si el niño tiene más de dos años, será el mismo que el resto de la familia. El escribirlo evitará que se hagan cambios para adaptarse más a sus gustos, en el caso de que no quiera comérselo.

· Comer siempre en el mismo lugar. Los niños se sienten mejor si se respetan sus rutinas. Si una vez come en la cocina, otra en el salón y al día siguiente en casa de la abuela, se distrae mucho.

· Evitar distracciones. La televisión no debe ser su compañero habitual en la comida. Si durante ese momento proliferan los juegos, cuentos o disfraces, tenderá a prolongarlo para que dure más la “función”. Nosotros mismos le estaremos apartando del objetivo, que es comer.

· Limitar el tiempo. Los niños pequeños no suelen tener buenas referencias del tiempo que emplean en hacer algo. Para ayudarles se les puede poner un reloj con alarma o un cronómetro de cocina, de los que se emplean para controlar el tiempo de cocción de los alimentos. Un niño suele comer en unos 30 minutos.


· No ofrecer plato alternativo si no quiere comer. Le ofreceremos una sola comida y si no quiere, pues no pasa nada. Se queda sin comer y no se le da otro plato distinto, pero sin dramas ni castigos. A un niño sano no le pasa nada si no le insistimos, ni le reñimos por no comer.

martes, 12 de noviembre de 2013

¡Hora de irse a dormir!

Un niño se resiste a acostarse por diversos motivos. Puede tener miedo de la oscuridad o de no despertarse, o se siente inseguro cuando está solo. Indudablemente, le gustaría más jugar o ver la televisión y, en realidad, preferiría la compañía y atención de sus padres.

Orientaciones:

Decidir cuándo hay que acostarse
Se debe decidir el momento preciso en que el niño debe acostarse y, una vez decidido, proceder con firmeza. Esto no significa que los padres deban ser absolutamente rígidos e insistir en que el niño debe estar siempre en la cama a las ocho en punto, aunque justo en aquel momento acabe de llegar papá o esté en casa el abuelo. Sin embargo, cuanto más capaces sean los padres de concretar el momento de acostarse, más fácil será conseguir que el niño se duerma a una hora fija.

Crear hábitos para ir a dormir
Los niños encuentran seguridad en la rutina. Les gusta la seguridad de lo habitual y es importante disponer de ciertos objetos con los que pueden contar. Por ejemplo, tener su juguete en la cama, junto a él, cada noche. Tanto los rituales como los detalles reconfortantes de seguridad, les sirven para separarse de los seres queridos y pasar del estado de vigilia al de sueño. Se ha de limitar el número de juguetes que el niño se lleva a la cama, por ejemplo, se puede llevar un libro y un juguete, que escoja. Algunos niños alargan esto demasiado, lo que comporta quince minutos adicionales para conseguir que, por fin, se vayan a la cama.

Hábitos nocturnos regulares
A los niños siempre les gusta saber lo que ocurrirá un instante después de ahora. Unos  hábitos nocturnos regulares conseguirán que el niño sepa que el momento de acostarse se acerca y que ha llegado el momento de parar. La rutina de acostarse debe proporcionar una sensación de seguridad cálida, un final del día confortable. Se discutirán por encima las incidencias del día que termina y se planearán cosas para el día siguiente. Preparar sus ropas para el día siguiente, junto a los libros, será de utilidad para niños más crecidos. Leer un cuento ayudará a otros niños a entender que ha llegado el momento de acostarse. Utilizar señales que hagan patente la rutina. Mantener al niño calmado. Las peleas o los juegos muy activos inmediatamente antes de irse a la cama, no preparan al niño para dormir. Hacerlo especial. Lo ideal sería que el momento de acostarse fuera cálido y acogedor. El momento de acostarse es una excelente oportunidad para los padres de acercarse a sus hijos.

Hablar con el niño de sus miedos y angustias
Cada individuo, incluyendo los niños, tiene temores que tienden a manifestarse de noche. Los padres deben animar al niño para que hable de sus problemas y preocupaciones, a fin de poderlos solucionar, ayudando a que se duerma, e intentar también, un ligero masaje en la espalda.

Hacer frente al hecho de levantarse continuamente
Los padres han seguido los hábitos v rituales del momento de acostarse. Enseñe al niño cómo irse a la cama. Algunos niños pequeños no consiguen relajarse lo suficiente para poder dormir, por lo que se les pueden enseñar las técnicas de respiración y de relajación. Dígale que cierre los ojos y en un tono de voz suave cuéntele el cuento de cómo las olas del mar se siguen unas a otras para jugar y vuelven a casa una y otra vez. Recuérdele que debe echarse y quedarse quieto y tranquilo, con los ojos cerrados y recordar las olas. También se puede usar la imaginación para pensar en sus propias escenas para quedarse dormido.

Debemos reforzar la cooperación del niño

Utilizando palabras y acciones, hay que dar al niño respuestas positivas por su cooperación en el momento de acostarse. 

jueves, 3 de octubre de 2013

¿Cómo aumentar la autoestima?


Con mucha frecuencia las experiencias capaces de reforzar la autoestima están relacionadas con el colegio, y por ello producen una ansiedad con la que el niño lucha continuamente; la carencia de autoestima le lleva a obtener malas notas y éstas le inducen a considerarse todavía menos, a tener menos estimación por sí mismo. De esta forma, el niño entra en un círculo vicioso del que le resulta cada vez más difícil salir.
Cuando aumenta la autoestima, la ansiedad disminuye y ello permite que el niño participe en las tareas de aprendizaje con mayor motivación.

Modificar la autoestima para fomentarla y potenciarla positivamente, supone actuar sobre los diferentes componentes de la misma:

·         Componente cognitivo, supone actuar sobre "lo que pienso" para modificar nuestros pensamientos negativos e irracionales y sustituirlos por pensamientos positivos y racionales.
·         Componente afectivo, implica actuar sobre "lo que siento", sobre las emociones y sentimientos que tenemos acerca de nosotras mismas.

·         Componente conductual, supone actuar sobre "lo que hago", esto es, sobre el comportamiento, para modificar nuestros actos.

 Los tres componentes están muy relacionados entre sí, de manera que actuando sobre uno de ellos, obtenemos efectos sobre los otros dos. Si modifico un pensamiento negativo acerca de mí misma por otro positivo, seguramente me sentiré mejor conmigo misma y este sentimiento de bienestar me impulsará a actuar, probablemente haciendo algo de lo que no me creía capaz.



Orientaciones

·         Mostrar interés cuando el niño/a realiza un trabajo, expresándolo con palabras, opiniones, juicios y actitudes.

·         Demostrar al niño/a cariño, mediante gestos de aprobación, contacto físico (besos, caricias, abrazos...).

·         Los regalos son otra forma de demostrar satisfacción y premiar el trabajo.

·         Cuando hay una actividad que no está bien realizada, hay que decirlo, pero hay que tener presente que se critica el fallo, no la persona ( “eres un inútil”/”opino que eso no lo has hecho bien”).

·         Evitar el uso de “muletillas” insultantes y no sentidas: “estás tonto...”, o de comparaciones: “Tu hermano es más  pequeño y es más listo...”. Hay que comentar lo que han hecho mal, porqué lo han hecho mal y sugerir una forma de actuación mejor.

·         Manifestar complacencia, elogiándole, cada vez que el niño/a nos presente una actividad realizada, reconocer el  esfuerzo realizado (“me gusta”... “vale”, “estupendo”...).

·         Asumir sus limitaciones, fracasos..., como algo connatural no solo a la edad infantil o adolescente.

·         Valorar más el esfuerzo, el empeño en hacer las cosas bien, que los buenos resultados.



martes, 1 de octubre de 2013

Nuestras extraescolares

Buenos días,

Ya estamos en Octubre y con ello empiezan todas las actividades extraescolares! A continuación os dejamos algunas de las que realizamos nosotros: 

Como ya sabéis, básicamente y por encima nos dividimos en tres sectores:

1.         OPI baby  bilingüe [0-3 años] (mañanas)

Espacio lúdico bilingüe dónde el niño/a aprenderá en un clima de confianza. Se utilizarán diferentes herramientas para que sea activo, competente, capaz de tomar iniciativas y creador de sus propios procedimientos. Nos basamos en un desarrollo integral dónde trabajamos el desarrollo físico, afectivo, social, cognitivo y sensorial. Todas las actividades se harán en catalán / inglés / castellano.

2.       OPI inteligencia [3-16 años] (tardes)

El objetivo es afianzar una buena base de aprendizaje y nociones de estudio.
Posibles actividades a escoger:
Método OPI: Desarrollo de las habilidades básicas de la inteligencia. Se trata de un método innovador donde mediante actividades lúdicas se estimula la inteligencia de forma integral. Trabajando la atención, percepción, habilidad numérica, razonamiento lógico, y comunicación, asentaremos una buena base de aprendizaje y fomentaremos la concentración.
Cálculo mental: Actividades centradas en estimular la agilidad mental y dominio del cálculo.
Lectura: Aprendizaje, comprensión y diversión.
Refuerzo escolar: Cualquier materia. Opción de biblioteca (horas de estudio libres).

3.       Taller de MANUALIDADES [2-12 años] (tardes)

Espacio dónde los niños/as disfrutarán aprendiendo con un sinfín de actividades. En él, desarrollarán: La capacidad de observación, percepción táctil, creatividad, imaginación y atención. Mejorarán su coordinación y motricidad, junto con la adquisición de destrezas, conceptos espaciales y nociones como el equilibrio, la simetría o la resistencia.

Además podemos destacar otras actividades como: psicomotricidad, consultas psicológicas, cine en inglés, estimulación temprana, lateralidad cruzada, entre otras. 


Nos encontrareis en Muntaner 521, Entresuelo

¡Os esperamos!

domingo, 8 de septiembre de 2013

Día de la alfabetización


Desde hace más de 40 años, la UNESCO viene celebrando el Día Internacional de la Alfabetización, en el que recuerda a la comunidad mundial que la alfabetización es un derecho humano y constituye la base de todo aprendizaje.
En el mundo de hoy, uno de cada cinco adultos, de los cuales las dos terceras partes son mujeres, no ha sido alfabetizado y 72 millones de niños no están escolarizados. Los avances en materia de alfabetización son un tema para celebrar, ya que el número de personas alfabetizadas a nivel mundial ha llegado a cerca de cuatro mil millones. El concepto de alfabetización ha evolucionado con el paso de los años. La idea tradicional que lo limitaba al aprendizaje de la lectura, la escritura y las nociones básicas de cálculo todavía se utiliza ampliamente, así como el concepto de alfabetización funcional, que lo vincula con el desarrollo socioeconómico. La alfabetización para todos - niños, jóvenes y adultos - es todavía una meta lejana. El continuo aplazamiento de esta meta es resultado de una combinación de factores, como el trazado de metas demasiado ambiciosas, los esfuerzos insuficientes o descoordinados, y la subestimación de la magnitud y complejidad de la tarea. Sin embargo, la alfabetización es a la vez un derecho humano, un instrumento de autonomía personal y un medio de alcanzar el desarrollo individual y social. Las oportunidades educativas dependen de la alfabetización. Además, la alfabetización es el eje mismo de la Educación para Todos y resulta esencial para erradicar la pobreza, reducir la mortalidad infantil, frenar el crecimiento demográfico, lograr la igualdad de género y garantizar el desarrollo sostenible, la paz y la democracia. Existen buenos motivos para que la alfabetización desempeñe una función medular en la Educación para Todos (EPT).

Una educación básica de calidad dota a los alumnos de  competencias en lectura, escritura y cálculo que les acompañan durante toda la vida y propician el aprendizaje posterior; es más probable que los padres alfabetizados escolaricen a sus hijos; las personas alfabetizadas tienen más capacidad para acceder a las oportunidades de la educación permanente y las sociedades alfabetizadas están mejor equipadas para afrontar las urgencias del desarrollo.
 
 “La alfabetización es mucho más que una prioridad educativa. Es la inversión de futuro por antonomasia y la primera etapa de cuanta nueva alfabetización se emprenda en el siglo XXI. Queremos un siglo en el que todos los niños sepan leer y explotar esta ventaja para ganar en autonomía”
Irina Bokova, Directora General de la UNESCO

lunes, 1 de julio de 2013

Las rabietas


Tener emociones y sentimientos, sean cuales sean, es parte de la condición humana. Sentir es vivir. La tendencia educativa en la familia y en la escuela ha sido, y continúa siendo, la de controlar y eliminar cualquier manifestación abierta de los sentimientos (especialmente los negativos). Pero los niños no se inhiben. Ellos expresan los sentimientos fácil y naturalmente, de forma sutil, o bien, extremadamente intensa.

Sin embargo, deben aprender a manejar sus emociones ante la sociedad y a encontrar formas adecuadas de encauzar la " poderosa energía" con que nos cargan los sentimientos. Para ello, los niños dependen de la información que les proporcionan sus padres. Pero comprender las emociones y ayudar a nuestros hijos a expresarlas adecuadamente, no es una tarea fácil.

Con la primera rabieta, el niño descubre que estas son una forma de controlar y manipular a sus padres, ya que éstos se agobian, se asustan... y la mayoría de las veces, ceden ante las exigencias y caprichos de éstos. De esta forma, las rabietas no cesan de repetirse.


Vuestros hijos os pondrán a prueba constantemente. Necesitarán comprobar si la unidad familiar es lo suficientemente fuerte para sostenerlos. Desearán saber si vuestra disciplina es consistente.

Será un periodo difícil hasta que vuestros hijos comiencen a crecer con la seguridad de ser amados y valorados, hagan lo que hagan, y de que estaréis "ahí" siempre para apoyarlos y cuidarlos.


Será importante que reaccionéis con calma y serenidad entendiendo este tipo de conductas, evitando en vosotros mismos sentimientos de fracaso, culpa..


Las rabietas corresponderán a una etapa evolutiva normal y necesaria en la que el niño intenta lograr su autonomía y reafirmación, debido a la adquisición de la conciencia de sí mismo, de su propia identidad y de los adultos que le rodean ("Esta es mi mamá, éste es mi papá y voy a comprobar qué límites están dispuestos a ponerme.")

Si se tratan adecuadamente estas situaciones, esta etapa desaparecerá progresivamente.


¿Qué hacer?
 
No consentir una rabieta. Cuando comience, simplemente ignórela o contenga físicamente al niño si se trata de una conducta violenta o destructiva, mostrando una actitud enérgica y firme.
 
Dar al niño una oportunidad para tranquilizarse. Lo mejor es llevar al niño a otra habitación, aislarle y decirle que esperamos que estando solo se le pase la rabieta y pueda pensar que no es correcta su actitud. Lo importante es que ellos sientan que una rabieta tiene consecuencias negativas y que no merece la pena repetir la "función".
 
No se puede razonar con un niño si está bajo los efectos de una rabieta o mal genio. Es mejor alejarse de él. Si se le riñe o castiga físicamente en este momento, incluso podemos aumentar la intensidad de la conducta que queremos eliminar.

Una vez que haya desaparecido la rabieta, hágale saber al niño que si está enfadado por algún motivo, la rabieta o la agresividad, no es el modo adecuado de resolverlo. Dígale que entiende lo que siente, pero muéstrese enfadado por lo que ha hecho y explíquele que su conducta es inaceptable y que en adelante no se va a permitir.
 
Evitar comportamientos y actitudes de lástima o sobreprotección que nos lleven a ceder u otorgar los deseos del niño. Lo importante es mantener la calma y "poner palabra" a lo que vuestro hijo está sintiendo (rabia, miedo, inseguridad...).
 
Proporcionar al niño modelos de conducta controlada que le adviertan que toda conducta agresiva o caprichosa no resulta beneficiosa.
 
Mostrarse contentos y orgullosos ante los primeros intentos de autocontrol del niño. Alabar su buena conducta y el hecho de haberse serenado y tranquilizado en lla habitación donde ha permanecido aislado.

Reafirmar de manera muy positiva los logros del niño cada vez que tenga un comportamiento correcto y adecuado.
 
Recuerde que sus hijos están aprendiendo a CRECER y a generar confianza en ellos mismos, y que todo conflicto puede ser una oportunidad para crecer, y no un callejón sin salida.
 
Feliz semana!! 
 

lunes, 17 de junio de 2013

Cursos de Verano


Buenos días!

Hoy os informamos de los cursos de verano disponibles en OPI durante la última semana de Junio,  todo el mes de Julio,  y la primera semana de Septiembre:


     TALLER DE INTELIGENCIA (2-12 años) :

Taller donde los pequeños de la casa no solo aprenderán, sino que se divertirán haciéndolo. Se trata de un método innovador donde mediante actividades lúdicas se estimula la inteligencia de forma integral. De esta manera, asentaremos una buena base de aprendizaje y fomentaremos la concentración. Se ha podido comprobar que, cuando se anima a localizar, descubrir, aplicar y ejercitar  estrategias de pensamiento y perfeccionar habilidades de razonamiento, el niño/a es capaz de desarrollar la habilidad de aprender a aprender, muy útil en aprendizajes posteriores. Nuestro principal objetivo es potenciar la creatividad, imaginación y estimular las habilidades básicas de la inteligencia (atención, percepción, habilidad numérica, razonamiento lógico, y comunicación) mediante manualidades y un sinfín de actividades con las que se lo pasarán en grande. Realizarán actividades como:
·          Comprensión lectora.
·          Lectoescritura
      Manualidades (barro, marionetas, construcción, pintura, música, juego con fines psicomotrices etc.)
·         Comunicación de emociones y vivencias a través del lenguaje y medios gestuales, verbales, gráficos y plásticos.
·          Identificar características de los objetos, clasificarlos y ordenarlos de acuerdo con los distintos criterios.
·          Comparar y relacionar
·          Relacionar conceptos nuevos con otros ya conocidos
·          Participar, integrarse y cooperar en actividades que permiten reafirmar su yo.
·          Tomar decisiones a su alcance por iniciativa propia y asumir responsabilidades.


    REFUERZO ESCOLAR (6-17 años)

Opción de horas de estudio con un profesor para recuperar asignaturas pendientes o para reforzar alguna materia en concreto o del curso en general y así, empezar con buen pie el nuevo curso escolar.







Aprovecha esta fantástica oportunidad y que los niños han terminado el cole para conocer nuestros talleres y así, ¡sumergirte en nuestro mundo de colores, fantasía y diversión!

  ¡AHORA CON UN 60% DE DESCUENTO!